Así es la calefacción por suelo radiante

calefaccion suelo  radiante 1

Si estás pensando en renovar la calefacción de tu hogar, o simplemente quieres mejorar la eficiencia energética, la calefacción por suelo radiante puede ser una de las mejores opciones que podrías considerar. 


Lo que más destaca de la calefacción por suelo radiante es su capacidad para calentar el ambiente de manera gradual y constante. A diferencia de los radiadores o estufas que generan calor localizado, este tipo de calefacción transforma el suelo en un gran emisor de calor, lo que permite que la temperatura se mantenga agradable en toda la estancia, sin esos temidos cambios bruscos de temperatura.


Si te estás planteando seriamente pasarte a la calefacción de suelo radiante, en este artículo te resolvemos las principales dudas. 

 


¿Cómo funciona la calefacción por suelo radiante?


La calefacción por suelo radiante es uno de esos sistemas que realmente transforman el ambiente de una vivienda, y no solo por su eficiencia, sino también por la comodidad que ofrece. 


Al contrario de lo que ocurre con otros métodos tradicionales, este tipo de calefacción no calienta el aire de forma directa. En su lugar, se distribuye el calor de manera uniforme desde el suelo, lo que crea una mayor sensación de confort.



Sistemas de calefacción por suelo radiante


Existen dos grandes tipos de calefacción por suelo radiante: el eléctrico y el hidráulico (o de agua). Cada uno tiene sus particularidades, pero ambos comparten el mismo principio: calentar el suelo para que este irradie calor hacia arriba.


Te detallamos cómo son estas dos tipologías y cómo funcionan.

 


Suelo radiante eléctrico


El sistema eléctrico se conecta directamente a la línea eléctrica de la vivienda y utiliza cables calefactores que se instalan bajo el suelo. Estos cables, al calentarse, transmiten el calor al pavimento, que a su vez lo emite hacia la estancia sin necesidad de un generador. Este sistema al igual que el suelo radiante por agua, ofrece un nivel de confort muy superior al de otros sistemas como los radiadores, los fancoils o el aire acondicionado, sin embargo es un sistema con unos costes energéticos mayores al utilizar energía eléctrica de forma directa para convertirlo en forma de calor en la vivienda. 

 


Suelo radiante por agua (hidráulico)


Por otro lado, el suelo radiante hidráulico funciona a través de un sistema de tuberías por las que circula agua caliente. 


Este tipo de calefacción por suelo radiante es ideal para grandes superficies y, aunque su instalación inicial puede ser más costosa, a largo plazo tiende a ser más eficiente y rentable económicamente, sobre todo cuando se conecta a sistemas de energía renovable como la aerotermia o los paneles solares, ya que estos generadores permiten obtener energía renovable y transformarlos en calor, reduciendo así los costes energéticos de la vivienda,además suele ser también una opción más sostenible y por ese motivo, es la solución más utilizada en las viviendas.



Ventajas de la calefacción por suelo radiante


La calefacción por suelo radiante ha ganado mucha popularidad en los últimos años, y no es para menos. Las ventajas que ofrece frente a los sistemas tradicionales de calefacción son evidentes, y pueden marcar una gran diferencia en la comodidad y eficiencia de tu hogar. 


Además de proporcionar un calor suave y envolvente, este tipo de sistema ofrece una serie de beneficios que hacen que sea una opción cada vez más atractiva para muchos hogares.


Estas son las principales ventajas que ofrece la calefacción por suelo radiante.

 


Eficiencia energética


Una de las mayores ventajas de la calefacción por suelo radiante, especialmente el suelo radiante por agua, es su notable eficiencia energética.


Este sistema funciona a temperaturas de agua más bajas que los radiadores convencionales, ya que al cubrir una superficie mayor (el suelo de la vivienda) no necesita calentarse a temperaturas tan altas para conseguir una temperatura confortable. 


Al generar calor desde el suelo y distribuirlo de forma homogénea, se minimiza el desperdicio de energía y se consigue un ambiente cálido con menos consumo. 


Esto se traduce en un ahorro considerable en la factura energética a largo plazo.

 


Distribución uniforme del calor


A diferencia de los radiadores, que calientan solo una parte de la habitación y suelen dejar zonas más frías, la calefacción por suelo radiante reparte el calor de manera uniforme por todo el espacio. 


La sensación es mucho más agradable, ya que no hay diferencias de temperatura en distintas partes de la estancia. 


Además, al no depender de un único punto de emisión de calor, se evita esa corriente de aire caliente que, en invierno, a menudo reseca el ambiente.

 


Confort y bienestar


La sensación que proporciona la calefacción por suelo radiante es difícil de igualar. El hecho de que el calor provenga del suelo y se transfiera también a las paredes y muebles de la vivienda, genera una sensación envolvente, muy agradable, especialmente en los días más fríos. 


Caminar descalzo por una casa con calefacción por suelo radiante es una de esas pequeñas satisfacciones que hacen que te sientas verdaderamente cómodo en tu hogar. 


Además, al no haber radiadores o estufas visibles, se reduce la circulación de polvo en el aire, lo que puede ser beneficioso incluso para personas con alergias o problemas respiratorios.


 

Compatibilidad con energías renovables


La calefacción por suelo radiante es altamente compatible con sistemas de energía renovable. Ya sea que utilices una bomba de calor de aerotermia o geotermia, energía solar térmica o incluso una caldera de biomasa, este tipo de calefacción maximiza el uso eficiente de estas fuentes limpias. 


Esto no solo reduce aún más los costes energéticos, sino que también convierte tu hogar en un espacio más ecológico y respetuoso con el medio ambiente.

calefaccion suelo radiante 2

Tipos de suelo compatibles con la calefacción por suelo radiante


Lo primero que hay que tener en cuenta, es que para que los sistemas de suelo radiante transmitan el calor de la forma más eficiente posible, lo ideal es instalarlos junto a materiales que tengan una conductividad térmica o alta transmisión de calor. De este modo se logrará que la temperatura de los tubos de agua se transfiera de forma más rápida a la vivienda.


Es por ese motivo, que en todos los suelos radiantes de agua se aplica en primer lugar una capa de mortero de encima de los tubos de agua que facilita la transmisión de calor hacia la parte superior de la estancia y con un panel aislante en la parte inferior que evita que el calor se transfiera hacia la planta inferior o suelo de la vivienda.


Finalmente se instalará el revestimiento o acabado final, que será el tipo de suelo que acabaremos pisando en nuestra vivienda.


Sin embargo, un punto a tener en cuenta, y que más suele preocupar a quienes consideran instalar calefacción por suelo radiante es la compatibilidad con los diferentes tipos de revestimiento.. 


Y es que no todos los materiales reaccionan igual al calor, por lo que es importante saber cuál es la mejor opción para sacar el máximo partido a este sistema sin comprometer la eficiencia ni la estética de tu hogar. 


Afortunadamente, la calefacción por suelo radiante es bastante versátil y se adapta bien a varios tipos de superficies.



Suelos cerámicos o de piedra


Si tu casa tiene suelos de cerámica, piedra o mármol, estás de suerte, porque son perfectos para la calefacción por suelo radiante.


Estos materiales tienen una alta conductividad térmica, lo que significa que absorben el calor rápidamente y lo liberan de manera eficiente. No solo eso, sino que retienen el calor durante más tiempo, por lo que incluso cuando el sistema se apaga, el suelo seguirá emitiendo calor durante un buen rato. 

Este tipo de suelo es ideal para quienes buscan una distribución de calor rápida y uniforme, especialmente en zonas de la casa como el salón o la cocina, donde el uso constante requiere que la temperatura sea lo más confortable posible.


 

Suelos de madera o laminados


El suelo de madera también es compatible con la calefacción por suelo radiante, aunque aquí hay que tener más cuidado. La madera, al ser un material natural, tiende a expandirse y contraerse con los cambios de temperatura, por lo que es fundamental que el sistema funcione a temperaturas más bajas y constantes para evitar dañar el suelo. 


Las maderas duras, como el roble, suelen ser más recomendables, mientras que los suelos laminados, que imitan la madera, también pueden funcionar bien siempre que estén certificados como aptos para calefacción por suelo radiante. 


En cualquier caso, siempre es importante asegurarse de que el instalador tenga en cuenta este tipo de detalles para evitar problemas a largo plazo.

 


Alfombras y moquetas


Las alfombras y moquetas pueden parecer un obstáculo cuando se habla de calefacción por suelo radiante, pero en realidad no tienen porqué serlo. 


Eso sí, no todas las alfombras son adecuadas. Las de pelo largo, por ejemplo, pueden actuar como aislantes y dificultar que el calor pase de manera eficiente según su material de fabricación. 


Sin embargo, si optas por alfombras de bajo espesor, especialmente aquellas diseñadas para ser compatibles con suelos radiantes, no tendrás ningún problema en mantener el confort en tus habitaciones. 


Además, puedes optar por distribuir estratégicamente las alfombras en zonas concretas de la casa para maximizar el rendimiento del sistema sin sacrificar la decoración.


Si tienes dudas en el momento de decirte por si poner calefacción por suelo radiante o no, consulta con el instalador para que te asesore con la mejor opción, y, en caso de que sea necesario, te presente qué alternativas son las más viables para tu vivienda.

Renueva tu caldera y reduce hasta un 35% en tu factura

Con pago en 3 cuotas sin interés ¡Súmate al ahorro con BAXI!

Ver artículos